Espectáculos-. La actriz y cantante mexicana Irma Serrano falleció la mañana de este 1 de marzo y con esta amarga noticia, usuarios en internet ha expresado sus condolencias por el sensible fallecimiento de la artista, una de las más reconocidas en la historia del cine y de la televisión en el país. Aunque no solo condolencias llegaron, sino también revivieron aquellos escándalos que en su momento la colocaron en el ojo del huracán de los medios.
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Un romance clandestino en los 60’s
Uno de esos bochornosos recuerdos que quedó grabada en la mente de muchos, fue sin duda su romance clandestino, con el expresidente de México Gustavo Díaz Ordaz, que además de desarrollar este escandaloso romance con la cantante, el exmandatario se hallaba casado con su esposa Guadalupe Borja Osorno, que en aquellos años era primera dama.
Serrano reveló en su libro autobiográfico A calzón amarrado que efectivamente había sido amante de Gustavo Díaz Ordaz durante su gobierno como presidente de México de 1964 a 197; sumando una gran cantidad de regalos como una casa en Jardines del Pedregal para tener sus presuntos encuentros y además también la llevaba a Los Pinos, la residencia presidencial.
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Un amorío después de la masacre
Según lo contado por lo libros especializados en el tema, el amorío entre ambos comenzó casi un año después de la masacre de Tlatelolco cuando el político recibía amenazas y condenaciones por todo lo sucedido el 2 de octubre de 1968.
De acuerdo a lo relatado en el libro La Suerte de la Consorte escrito por la socióloga Sara Sefchovich, mientras que la primera dama se alejaba de su esposo tras no soportar las presiones generadas por la masacre estudiantil en Tlatelolco, el presidente lo vio como buen momento para iniciar una relación amorosa con Irma Serrano.
De nuevo en el libro A calzón quitado, La Tigresa aceptó que “sí, lo quise mucho; él me quería mucho, me consentía mucho, nunca me prohibió o me dijo ‘no hables de mí’”.
¿Qué otros regalos le dio Díaz Ordaz a Irma Serrano?
Entre los exuberantes obsequios que le ofreció el mandatario a quien fue senadora en los años 90, había una cama que perteneció a la emperatriz Carlota, esposa de Maximiliano de Habsburgo; una cama dorada que hoy forma parte de la exhibición montada en el Castillo de Chapultepec.
