Tras anunciar un nuevo vuelo de la NASA que saldría esta mañana de lunes con rumbo a la luna nueva, confirman que tuvo que ser cancelado luego de una serie de problemas de última hora que culminaron en problemas inexplicables con el motor.
Este lanzamiento iba ser el primer cohete que viajara a la luna con tres maniquíes de prueba a bordo. El próximo intento se prevé que pueda ser el viernes 02 de septiembre como muy pronto y podría retrasarse hasta mediados de septiembre o más tarde.
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¿Cuál es la finalidad de este vuelo y porqué no salió?
La misión, cuando suceda, será el primer vuelo en el proyecto Artemis de la NASA, una búsqueda para llevar a los astronautas de regreso a la luna por primera vez desde que terminó el programa Apolo hace 50 años.
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A medida que transcurrían los minutos por la mañana, la NASA detuvo e inició repetidamente el abastecimiento de combustible del cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial debido a una fuga de hidrógeno altamente explosivo, y finalmente logró reducir la filtración a niveles aceptables. La fuga ocurrió en el mismo lugar que vio la filtración durante un ensayo general en la primavera.
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El abastecimiento de combustible ya se estaba retrasando casi una hora debido a las tormentas eléctricas en el Centro Espacial Kennedy de Florida.
Luego, la NASA se encontró con nuevos problemas cuando no pudo enfriar adecuadamente uno de los cuatro motores principales del cohete, dijeron las autoridades. Los ingenieros continuaron trabajando para identificar el origen del problema después de que se anunciara el aplazamiento del lanzamiento.
“Esta es una máquina muy complicada, un sistema muy complicado, y todas esas cosas tienen que funcionar, y no quiere encender la vela hasta que esté lista para funcionar”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson.
Refiriéndose a los retrasos en el lanzamiento, dijo: “Es solo parte del negocio espacial y es parte, en particular, de un vuelo de prueba”.
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El cohete estaba listo para despegar en un vuelo para impulsar una cápsula de la tripulación en órbita alrededor de la luna. La misión de seis semanas estaba programada para terminar con el regreso de la cápsula a la Tierra en un amerizaje en el Pacífico en octubre.
La nave espacial de 322 pies (98 metros) es el cohete más poderoso jamás construido por la NASA, superando incluso al Saturno V que llevó a los astronautas del Apolo a la luna.
Los maniquíes de prueba dentro de la cápsula de Orión estaban equipados con sensores para medir la vibración, la radiación cósmica y otras condiciones durante el vuelo de prueba, destinados a probar la nave espacial y llevarla a sus límites en formas que nunca se intentarían si los humanos estuvieran a bordo.
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