Cuenta la leyenda que…la Cueva de Salamanca, era una antigua cripta donde Satanás impartía sus doctrinas de ciencias ocultas, magia, adivinación y astrología bajó la apariencia de un sacristán.
Una cripta subterránea que perteneció a la ahora desaparecida iglesia de San Cebrián. Aquel fue un templo románico de repoblación levantado en el siglo XII cuya desaparición data del siglo XVI.
Según cuentan en aquél entonces el sacristán demonio tenía siete alumnos bajo su cargo y durante siete años. Tras este tiempo, uno de ellos debía quedarse de por vida en la cueva a su servicio.
Se relata también que uno de estos alumnos, Enrique de Aragón Marqués de Villena y de quien la torre recibe su nombre, fue quien engañó al diablo para no quedar a su servicio, y a cambio perdió su sombra.
Esta historia ha tenido gran repercusión en diversas obras literarias, habiendo aparecido en obras de autores como Cervantes, Calderón de la Barca, Ercilla, Walter Scott, Torres Villarroel, Feijoo, Botello de Moraes o Ricardo de Rojas. La leyenda de la Cueva Salamanca viajó por América y es por esto que en países como Chile, Argentina, Brasil, Uruguay o Colombia podemos encontrar algunas cuevas llamadas “salamancas” en las que los chamanes locales adquieren sus conocimientos mágicos.
¿Dónde se ubica la Cueva de Salamanca?
La Cueva de Salamanca está situada junto a unas de las pocas secciones que quedan en pie de la Cerca Vieja, la antigua muralla de la ciudad de Salamanca, y también junto a la Torre del Marqués de Villena. Dicha Torre recibe el nombre del mencionado protagonista de la historia, aunque realmente éste nunca habitó en ella. Lo cierto es que la Torre del Marqués de Villena es el único resto arquitectónico que queda del Palacio Mayorazgo de los Albendea.
Actualmente, la Cueva de Salamanca es escenario de eventos culturales, especialmente en verano, celebrándose en ella conciertos y representaciones. El acceso a estos lugares es gratuito, y la subida a la Torre del Marqués de Villena bien merece la pena ya que desde allí tendremos muy buenas vistas tanto de la Catedral Nueva de Salamanca como del Convento de San Esteban, también llamado Los Dominicos.