Cancún, Quintana Roo.- El perro es conocido como “el mejor amigo del hombre” y más de una historia ha confirmado esta creencia, pues se trata de una de las mascotas más cariñosas, leales y fieles; el caso de “la negra” una perrita que se ha hecho famosa en los últimos meses en Cancún, ha conmocionado a sus habitantes, pues desde hace más de tres meses espera en las afueras de un hospital la salida de su dueño, quien un día entró y ya nunca volvió a salir.
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Empleados del lugar y familiares que se encuentran en las inmediaciones del Hospital General de Cancún han sido testigos de esta conmovedora espera, observando cómo día a día desde hace meses “la negra” espera la llegada de su compañero de vida, sin saber que éste ya no volverá.
“Poquito más de tres meses; según vino con su dueño, pero la persona que vino con él ya no salió, se quedó aquí, entonces ya nada más esperando si sale. El pobre tiene la esperanza de que salga su dueño, pero desgraciadamente ya no”, contó una empleada del Hospital.
Con una pequeña correa rosa, semblante nostálgico y esperanzada en volver a ver a su dueño, a quien vio por última vez entrando al hospital, “la negra” pasea por el estacionamiento del lugar, donde quienes la llegan a conocer, conmovidos por su historia, se solidarizan con ella y le llevan comida y agua, para que pueda sobrellevar su espera sin hambre.
¿Cómo le explicas a una perrita que su “amigo” y compañero, ya no volverá? Es quizá la interrogante de cientos de personas que la conocen y llegan a ver cómo deambula por el estacionamiento del hospital, siempre en las inmediaciones de la sala de urgencias, anhelando el tan esperado regreso de su dueño.
“Ya llevamos aquí más de 15 días y el perro siempre ha estado aquí, siempre se pasea por todos lados buscando comida. A veces está aquí de este lado, luego se pone allá (...) siempre está donde sea. Nunca se va del Hospital, yo desde que estoy aquí siempre la he visto”, contó Evila Ramos, una mujer que espera también en las inmediaciones del Hospital por un familiar enfermo.
“Cada persona le da algo de lo que trae de comer, y pues de eso se alimenta”, contó Carmen Ávila, visitante frecuente del hospital.